Casa Proartes Gallery Hall
“EN BLANCO Y ROJO”
Obras creadas a partir de relatos con niños en situación de vulnerabilidad. A través de cartulinas negras y acrílicos blancos y rojos, niños y niñas en situación de vulnerabilidad y desplazamiento contaron sus experiencias de vida. Como resultado, realizaron pinturas que reflejan vivencias de guerra y violencia a las que estuvieron expuestos. Este trabajo, desarrollado por la psicóloga y artista caleña Florencia Buenaventura, dio como origen la exposición ‘En blanco y rojo’, que se podrá apreciar desde esta noche en la Casa Proartes. Cuenta la psicóloga Buenaventura, que este trabajo partió de una intervención psicológica que hizo con niños, por solicitud de un equipo de salud para el cual trabajaba. “Les dije (a los niños) que pintaran lo que recordaban de su pueblo y que lo hicieran así: en color rojo lo triste que recuerdan, y en blanco, lo alegre. Poco a poco sus relatos fueron saliendo como parte del diálogo ya el rojo y el negro (de la cartulina) habían completado la imagen”, cuenta. En este proceso, la psicóloga asegura que de un momento a otro “simplemente me encontré atrapada en sus dramas, en sus trazos, en un pedazo de Colombia con niños que añoraban su perro, su casa, una escuela, que recordaban una bala y la muerte”. A través de la exposición, que tiene cerca de 26 piezas artísticas, la psicóloga y artista busca generar entre los visitantes estados de reflexión. “Diariamente, muchas personas se han acostumbrado a ver, escuchar y vivir el sufrimiento humano. Es por eso que quiero hacer un llamado de atención a la gente para que reflexione”, dice Buenaventura, quien lleva cerca de 20 años de labor profesional. Trabajo registrado a través de un libro En el acto de inauguración, Florencia Buenaventura también lanzará el libro ‘En blanco y rojo, intervención psicosocial’. En el texto se registran algunas de las experiencias terapéuticas relacionadas con el arte como herramienta de intervención. “Inicié este proyecto donde permito que se visualicen las imágenes que los niños dibujaron como testimonio de que son símbolo múltiple de un largo drama de violencia y guerra en el que les ha correspondido vivir”, dice la terapeuta Buenaventura.